"Yo
nací y crecí bajo las estrellas de la cruz del sur. Vaya donde
vaya, ellas me persiguen. Bajo la cruz del sur, cruz de fulgores, yo
voy viviendo las estaciones de mi suerte. No tengo ningún dios. Si
lo tuviera, le pediría que no me deje llegar a la muerte: no
todavía. Mucho me falta andar. Hay lunas a las que todavía no ladré
y soles en los que todavía no me incendié. Todavía no me sumergí
en todos los mares de este mundo, que dicen que son siete, ni en
todos los ríos del paraíso, que dicen que son cuatro. En
Montevideo, hay un niño que explica: – Yo no quiero morirme nunca,
porque quiero jugar siempre".
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