El cerebro, los estímulos y el sedentarismo - BBVA
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Este video nos deja un motivador mensaje que me pareció muy interesante traer al blog. Somos seres sociales;
necesitamos estimular el cerebro día a día y no caer en la inactividad. Saludos.
I De Diógenes compré un día – Con mi linterna – él decía- Como al revés contemplamos Y es que en el mundo traidor la linterna a un mercader; distan la suya y la mía cuanto hay de ser a no ser. Blanca la mía parece; la suya parece negra; la de él todo lo entristece; la mía todo lo alegra. Y es que en el mundo traidor nada hay verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira. II – Con mi linterna – él decía- no hallo un hombre entre los seres-. ¡Y yo que hallo con la mía hombres hasta en las mujeres! él llamó, siempre implacable, fe y virtud teniendo en poco, a Alejandro, un miserable, y al gran Sócrates, un loco. Y yo ¡crédulo! Entretanto, cuando mi linterna empleo, miro aquí, y encuentro un santo, miro allá, y un mártir veo. ¡Sí! mientras la multitud sacrifica con paciencia la dicha por la virtud y por la fe la existencia, para él virtud fue simpleza, el más puro amor escoria, vana ilusión la grandeza, y una necedad la glor
Crónica de la ciudad de La Habana Los padres habían huido al norte. En aquel tiempo, la revolución y él estaban recién nacidos. Un cuarto de siglo después, Nelson Valdés viajó de Los Angeles a La Habana, para conocer su país. Cada mediodía, Nelson tomaba el ómnibus, la guagua 68, en la puerta del hotel, y se iba a leer libros sobre Cuba. Leyendo pasaba las tardes en la biblioteca José Martí, hasta que caía la noche. Aquel mediodía, la guagua 68 pegó un frenazo en una bocacalle. Hubo gritos de protesta, por el tremendo sacudón, hasta que los pasajeros vieron el motivo del frenazo: una mujer muy rumbosa, que había cruzado la calle. - Me disculpan, caballeros --dijo el conductor de la guagua 68, y se bajó. Entonces todos los pasajeros aplaudieron y le desearon buena suerte. El conductor caminó balanceándose, sin apuro, y los pasajeros lo vieron acercarse a la muy salsosa, que estaba en la esquina, recostada a la pared, lamiendo un helado. Desde la guagua 68, los pasaj
"Existe un infinito de inmensos espacios que ignoras y que te ignoran, eres la nada en el pasado y la nada en el presente, tus problemas son tan pequeños y estúpidos como tu propio lugar en el universo. Diviértete"
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