Educación bancaria.
”EDUCACIÓN BANCARIA”“Como presencia en la historia y en el mundo, lucho esperanzadamente por los sueños, por la utopía, por la esperanza, con miras a una pedagogía crítica. Y mi lucha no es en vano”.Paulo Freire
La educación bancaria es el concepto de educación como
un proceso en el cual el educador coloca el contenido en la mente del
estudiante. El término aparece por primera vez en la obra “Pedagogía del oprimido” del educador brasileño Paulo Freire, quien analiza
críticamente esta visión educativa, que denuncia como un instrumento
fundamental de opresión en contraste con la educación popular.
En lugar de ver la
educación como un proceso de comunicación y diálogo consciente y con prudencia,
la educación bancaria considera a los estudiantes como un sujeto pasivo e
ignorante, que debe aprender memorizando y repitiendo el contenido que se les
transmite. Según esta lógica, el educador selecciona la información a priori
para la instrucción posterior y se ve a sí mismo como el propietario de
verdades únicas e inmóviles.
Una segunda premisa de la que parte la
educación bancaria es que el estudiante es un ser vacío de conocimiento. Es por
ello, que el maestro se considera a sí mismo como un agente irrefutable. Es
decir, que su palabra es la única que cuenta en el contrato social que crea con
el estudiante. Además, al tener en cuenta que el estudiante sería un ser vacío,
el maestro debe “llenarlo de saber”. Es aquí en donde el término “Educación
bancaria” toma sentido, pues el maestro se convierte en el depositante, el
estudiante, en el depositario, y el conocimiento es el depósito.
Reconocemos la amplitud de
los temas que pretendemos abordar en este ensayo. En cierto sentido, pretendo
usar esto como base para profundizar algunos de los puntos discutidos en el
cuatrimestre "educación bancaria", por lo que considero que es un
problema para nosotros, un acercamiento vital. Los hombres se proponen a sí
mismos como problema. Se encontraron ignorantes de sí mismos y preocupados por
aprender más… Preguntaron, respondieron, y las respuestas dieron lugar a nuevas preguntas. Esto mismo se volvió
un punto central y hoy ocupa un carácter de preocupación inevitable.
Este mundo, básicamente exclusivo del
hombre, en cuanto humano y social no existiría si no fuera un mundo de
comunicaciones que según Freire, se comunican y dicen entre sí los hombres que
lo constituyen. Más aún, como mundo de interrelaciones constituyentes, no puede
existir conocimiento humano ni cultura fuera de él.
Los movimientos rebeldes en el mundo de hoy,
especialmente los movimientos rebeldes de los jóvenes, inevitablemente
revelarán la particularidad del espacio en el que se encuentran y reflejarán
profundamente esta preocupación por la relación entre las personas y de los
hombres como seres en el mundo con el mundo, al exigir la transformación de
este. La educación verdadera es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el
mundo para transformarlo. “En la visión
“bancaria” de la educación, el “saber”, el conocimiento, es una donación de
aquellos que se juzgan sabios a los que juzgan ignorantes”- Paulo Freire.
La educación bancaria mencionada es un tipo de aprendizaje, es decir,
el maestro la deposita en los pensamientos de los estudiantes de una manera muy
memorable, es decir, el estudiante solo seguirá el método enseñado por el
maestro y su papel se limita a recibir
el conocimiento, el maestro es la fuente del saber.
En vez de ser un proceso de comunicación y
diálogo consciente de ambas partes, la educación bancaria proyecta al alumno
como sujeto pasivo, que sólo recibe la información que el maestro le provee en
su cerebro, este la memoriza y no actúa de manera libre para expresar sus propias
ideas de manera crítica. Es decir, es una educación que no refleja un
estudiante participativo, es más bien, un ser sumiso que sólo hace lo que
deposite en su mente el maestro.
Tal es la concepción bancaria de la
educación que el único margen de acción que se ofrece a los educandos es la de
recibir los depósitos guardarlos y archivarlos (Freire, 1970, P.3)
En la visión bancaria de la educación y
saber, el conocimiento es una donación de aquellas que se juzgan sabias a los
que juzgan ignorantes (Freire, 1970, P.3) Cuanto más crítico un grupo humano,
tanto más democrático y permeables (Freire, 1967, P.66)
Dicho de otra manera la educación bancaria
funciona como una información que archiva en los cerebros de los alumnos, y
luego sale de su boca la información recibida en forma de palabras, de esa
manera el educador comprueba el saber del estudiante: "Perú, capital
Lima", que el educando fija, memoriza y repite sin percibir lo que
realmente significa cuatro veces cuatro, lo que verdaderamente significa
“capital” en la afirmación “Perú, capital Lima, Lima para el Perú y Perú para
América Latina” podría decirse que estos casos ya no ocurren en las escuelas
actuales, continúa el carácter preponderantemente narrativo que estamos
criticando.
Los estudiantes se transforman en vasijas en
recipientes que deben ser llenados por el educador, cuanto más vaya llenando
los recipientes con sus depósitos, mejor educador será, cuando más se dejen
llenar dócilmente, mejor educando será. De este modo la educación se transforma
en un acto de depositar, en la cual los educandos son los depositarios y el
educador quién deposita tales conocimientos. La Concepción bancaria de la
educación, en que el único margen de acción que se ofrece a los educandos es el
de recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos, margen que sólo les permite
ser coleccionistas o fichadores de cosas que se archivan basándose en una
ideología de opresión, la absolutización de la ignorancia que constituye lo que
llamamos alienación de la ignorancia según la cual está se encuentra siempre en
que el otro será siempre el que sabe, en tanto los educandos serán siempre los
que no saben.
En cuanto a la razón de ser de la educación
libertadora, radica en su impulso inicial de comenzar por la superación de la
contradicción educador-educando, de fundarse en la conciliación de sus polos,
de tal manera que ambos se hagan simultáneamente educadores y educandos. En
cambio en la concepción bancaria que estamos criticando la educación es el acto
de depositar, de transferir, de transmitir valores y conocimientos. No puede
verificarse esto mismo, por el contrario la sociedad opresora siendo una
dimensión de “la cultura del silencio” la educación bancaria mantiene y
estimula la contradicción.
En esta tabla queda en demostrada la contradicción que
estimula la educación bancaria
El educador es
quien sabe.
|
Los educandos
quienes no saben.
|
El educador es
quien piensa el sujeto del proceso.
|
Los educandos
son los objetos pensados.
|
El educador es
quien habla.
|
Los educandos quienes
escuchan dócilmente.
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El educador es
quien sí disciplina.
|
Los educandos
los disciplinados.
|
El educador es
quien adapta, opta y prescribe su opción.
|
Los educandos
quienes siguen la prescripción.
|
En verdad lo que
pretenden los opresores es transformar la mentalidad de los oprimidos y no la
situación que los oprime, a fin de lograr una mejor adaptación a la situación,
que la vez, permite la mejor forma de dominación de los oprimidos que son meros
marginados, discrepantes de la fisonomía general, de la sociedad. Sin embargo
los llamados “marginados” que no son otros sino los oprimidos, jamás estuvieron
“fuera de” siempre estuvieron “dentro de”, dentro de la estructura que
transforman seres para otro. A esta estructura que los oprime deben transformarla
para que puedan convertirse en “seres para sí”.
El educador mediante la narración divide la
realidad en segmentos, vacía de contenido y transforma la “palabra hueca” en un
verbalismo alienado y alienante. el aprendizaje consiste en la memorización técnica
de los contenidos con los que son llenados los estudiantes Cuanto más se deje
llenar mejores educandos serán, el educador hace comunicados que el educando
repite, donde no existe creatividad alguna, transformación y saber, sólo existe
el saber de la invención en la reinvención en la búsqueda inquieta impaciente
permanente que los hombres. “El conocimiento es una donación de aquellos que se
juzgan sabios, a los que se juzgan ignorantes” esta educación refleja la
sociedad opresora siendo una dimensión de la “cultura del silencio”.
Este tipo de educación hace que se vuelvan
necrófilos. El individuo necrófilo ama todo lo que no crece, todo lo que es
mecánico. Se mueve por el deseo de convertir lo orgánico en inorgánico, de
mirar la vida mecánicamente como si todas las personas vivientes fuesen
objetos, todos los procesos, sentimientos y pensamientos de vida se transforman
en cosas. Se nutre del amor a la muerte y no del amor a la vida. Cuando por
algún motivo los hombres descubren su incapacidad para desarrollar el uso de
sus facultades sufren. Intentan, entonces, recuperar su capacidad de acción y
una forma de hacerlo es someterse a una persona o grupo que tenga poder de
identificarse con ellos por esta participación simbólica en la vida de otra
persona. El hombre tiene la ilusión de actuar sin embargo no hace otra cosa que
someterse a los que actúan y convertirse en parte de ellos. Se instauró como
una situación violenta no importa los medios para llevar a cabo la previsión
hacerlos objetos es enajenarlos de sus decisiones que son transferidos a otro u
otros.
Educar al soberano, frase que en el proyecto
sarmientino, significaba preparar al pueblo para ser funcional a la sociedad
liberal, en un proyecto transformador sustantivamente democrático, significa
algo muy diferente. Esto significa que para mejorar su poder, deben mejorar su
autonomía y capacidad crítica, y proporcionarles herramientas para convertirlos
en ciudadanos responsables que puedan participar activamente en la
transformación de su sociedad y el mundo. Pero hay una pregunta: ¿Está nuestra
escuela preparada para los estudiantes que estudian en el aula? ¡Obviamente no!
La razón por la que no hace esto no es ni pedagogía ni didácticas, sino razones
políticas.
Las escuelas no cultivan ciudadanos críticos,
activos y comprometidos que puedan participar en cambios reales, lo cual es
esencial para una democracia auténtica. Sin personas verdaderamente
empoderadas, la democracia es imposible. Por el contrario, la educación que
recibimos no se ha desarrollado en esta dirección. Por lo tanto, necesitamos
urgentemente otra escuela. ¿Pero dónde está el motor que cambia la educación?
Solo nuestros maestros realmente pueden
cambiar esta situación. ¿Cómo? Comenzando por transformarnos nosotros mismos.
Para este proyecto no le podemos pedir nada a los gobiernos políticos, porque
se trata de una tarea de conquista. Una educación realmente liberadora, no se
obtiene de regalo, sino que se conquista.
Cualquier cambio que pretendamos en la
educación o en la sociedad comienza por nosotros mismos. Se trata de cambios
personales, pero no individuales. Hablamos de proyección colectiva. Porque para
multiplicar el cambio es necesario unidades, ya que si todos somos cero, la
suma de ceros siempre dará cero. Pero cuando comienzan a aparecer las unidades,
entonces, el primer cero nos dará diez, el segundo cien, el tercero mil, y así
se multiplicará la transformación que estamos buscando. Esto responde a una
toma de conciencia política de la realidad social. Si la opción respondiera a
algún tipo de condiciones ya no sería ética. Si yo para cambiar espero a que
cambien los que me rodean, la opción no sólo no es ética, sino que también se
desnaturaliza. La opción es política porque está orientada a transformar la
realidad en el marco de una toma de conciencia de que es un logro que debe ser
conquistado, para lo cual hay que luchar. Sin lucha no se consigue.
La transformación es personal y tiene una
proyección colectiva, no sólo hacia nuestros colegas, sino también hacia la
ciudadanía toda. La transformación sustantivamente democrática de la educación
comienza en cada uno de nosotros, con la decisión de dejar de ser docentes
bancarios.
El cambio debe comenzar por nosotros mismos.
Es imposible utilizar cualquier tipo de receta pedagógica o didáctica. Este
trabajo intenta demostrar que el estructurado método implantado, hasta el día
de hoy, en nuestro sistema educativo, esta “educación bancaria” que solo se
encarga de rellenar vasijas de contenido escaso y poco fructífero se puede
combatir mediante luchas, que, por más pequeñas que sean llegan a convertirse
en grandes conquistas. Este trabajo llegó a nutrirme, haciéndome cambiar de
opinión drásticamente, ya que, desde mí ignorancia o, quizá, desde una
estructura mental paradigmática, como quien dice “dejarse llevar por la
corriente” consideraba que era la forma correcta de educar, de implementar
dichos métodos de enseñanza. Ahora reconozco que estaba equivocada y que una
lucha por derribar los estándares de este método de “enseñanza” erróneo, es por
mínima que sea, la mayor de las conquistas... Y para ir concluyendo me gustaría
compartir dos cosas. La
primera es invitarlos a escuchar la canción “Another blick in the wall” de Pink
Floyd (https://www.youtube.com/watch?v=E3_NuWb9r2A) que nos lleva a reflexionar, con la
intención de hacer una crítica al sistema educativo. La educación en masa
sistematizada no es capaz de respetar ni valorar al individuo, ya que es
tratado como un número más, sin tener en cuenta su identidad. Determinando qué
es lo que debemos pensar y cómo están frustrando nuestra creatividad, nuestra
capacidad crítica y de razonamiento. Con ello impiden que tomemos decisiones
propias, basadas en nuestros valores, que puedan contrariar a las impuestas por
el sistema. Para el sistema educativo enseñarnos a no pensar es la mejor manera
de generar autómatas en masa que no se rebelen y sean productivos. En
definitiva, Es la mejor manera de tener personas que no «den problemas». La
canción nos habla de la seriedad, el rencor y la tristeza de las clases en el
aula del colegio, del abuso de la autoridad de los profesores y del poco margen
con el que cuentan los alumnos para desarrollar toda su potencialidad. “Un
ladrillo más en el muro”, representa una educación que oprime, limita nuestras
potencialidades y frena el desarrollo de nuestra creatividad, con el fin de que
aprendemos a no pensar por nosotros mismos.
En segundo lugar compartir esta frase de
Freire que me gustó mucho a la hora de recopilar información para el trabajo
“Mientras enseño continúo buscando, indagando. Enseño porque busco, porque
indagué, porque indago y me indagó. Investigo para comprobar, comprobando
intervengo, interviniendo educo y me educo. Investigo para conocer lo que aún
no conozco y comunicar o anunciar la novedad”…
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