Me perdí en el tiempo

  ¡¿Qué si quisiera volver el tiempo atrás?! Siempre diría que sí. Es un deseo imposible de poner en palabras comunes, porque cada paso, cada decisión, cada respiro, se siente como un error. Si pudiera, desandar cada camino, tratando de reconstruir lo que hoy está hecho pedazos.

   Algunos de mis errores caminan... respiran. Con piel suave y pestañas que acarician el aire al parpadear. Me derrumbo. Desde que te conocí, estoy atrapada en un duelo eterno. Vivo con miedo, temblando ante la posibilidad de fallar, de no ser suficiente para vos, de que desaparezcas y me dejes sola una vez más, y esa idea me hace añicos, una y otra vez.

   Cada día intento ser mejor, más fuerte, todo por vos. Todo lo que soy ahora, lo soy por vos. Porque me diste la fuerza para pelear, me enseñaste a resistir cuando la vida me aplastaba. Pero mi alma está rota en pedazos, tomaste mi corazón, lo arrancaste sin preguntar, lo moldeaste a tu antojo y luego lo tiraste como si no valiera nada.

   Mi mente, tu otra víctima, tambalea entre pensamientos destrozados, arrastrada por el caos que sembraste en mí. Y aun así, te perdono. Te perdono porque, en el fondo, todavía creo en la fantasía de que podés cambiar, de que hay una versión de vos que es mejor. Pero ya me lo dijiste mil veces: no querés cambiar por nadie. Ahora lo entiendo. Yo nunca estuve en tu plan; siempre fuiste vos primero, y después también. No había lugar para mí.

   Me destruiste,con precisión, desgarrando cada rincón de mi vida hasta que no quedó nada de la persona que fui. No puedo avanzar, no puedo crecer, no puedo ser sin vos. Sos una sombra oscura que sigue cada uno de mis pasos, apagando mi luz.

   Lograste meterte en mi cabeza y derrumbar cada castillo de arena que, con tanto esmero, había construido. Pensé que esos castillos durarían para siempre, que con vos viviría en ellos por años, que eras el príncipe que siempre esperé. Pero ahora me doy cuenta de que, lejos de ser una princesa, me convertí en la dragona que custodia un castillo vacío. Y lo peor es que ese castillo no está en ningún reino mágico, está en mi mente.

   Esta dragona está sola, vacía, atrapada en un lugar sin esperanza. Mi autoestima, hecha pedazos, es como un cristal roto que nunca más volverá a brillar igual. ¿Por qué tengo que sufrir tanto por amor? ¿Por qué tengo que cargar con un corazón roto y la condena de la soledad? Me pregunto qué deuda ancestral estoy pagando, qué karma traigo de otras vidas.

   Si pudiera volver atrás... Volvería al momento en que te vi por primera vez, a esas señales que gritaban que algo no andaba bien. Pero me atrapaste en un momento de vulnerabilidad, y desde entonces no pude escapar. Sigo atrapada en este abismo, gritando por ayuda desde el fondo del pozo, pero nadie responde...

   Las señales siempre estuvieron ahí, las ignoré completamente. Y por eso hoy, con todo mi ser, deseo volver el tiempo atrás. Entré en terreno peligroso, y me perdí.

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